Desnudos y almas (VIII)
Aquella tarde hablabas de tu padre, bebías té con leche y yo agua de tus ojos. Una vela ardía en la mesa entre nosotros, además del fuego de mis venas. De eso hace mucho, ahora no sé dónde estás, ni qué harás, ni adonde irás... pero aquel día desnudabas tu alma y yo te miraba.
La vida sigue siendo de niebla... y yo aún añoro tu tristeza.
2 Comments:
Cuenta más por favor,
cuenta más de aquel día.
¿me queRRá ustedCito contar?
Cuenta más por favor,
cuenta más de aquel día.
¿me queRRá ustedCito contar?
Publicar un comentario
<< Home