19 enero 2006




Huyo del triste dolor, dolor ingrato,
Sin compasión, sin calor, ni ternura,
Que espera de mi vacío acabar en locura
Ya que en mi dolor, locura es el trato.

¿Es tu mano la que me saca del cieno
Y me implora que regrese a la vida?
¿Es una llaga de tus labios esta herida?
Árdeme de día que de sueños estoy lleno.

Y ceniza hallaré, no de tu brasa,
No de la saliva que guía mi desvarío,
No de la mano que tu piel arrastra,
Con torpes palabras explicaré mi sino,
Con uñas afiladas cortarás la soga que me abrasa
Entre tus labios, de tus dientes penden, la ceniza, yo, el frío.